Filosofía

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Nuestro Bufet es por historia y por composición,  un bufet de Abogados, es decir de expertos en derecho positivo, acreditados por un título universitario, e inscritos en los preceptivos Colegios Profesionales, ejerciendo la abogacía como prestadores de asistencia técnico jurídica, aconsejando y defendiendo a los ciudadanos. No somos sólo licenciados, somos ABOGADOS.

 Y  como tales ABOGADOS, nuestro quehacer diario se caracteriza por la honradez, probidad, rectitud, lealtad, diligencia y veracidad en cualquiera de nuestras actuaciones y consejos, pues solo a través de esa forma de entender y ejercer la profesión, se puede llegar a la necesaria relación de confianza Abogado-Cliente. El Abogado debe actuar siempre honesta y diligentemente, con competencia, con lealtad al cliente, respeto a la parte contraria, guardando secreto de cuanto conociere por razón de su profesión.

Queremos con ello poner de relieve, que siempre y en todo caso, prima esa interpretación de la profesión, por encima de cualquier otra consideración y necesidad. Es cierto que de dicha profesión hemos de conseguir nuestra justa retribución, pero ese será siempre un objetivo secundario y supeditado a nuestra forma de entender la profesión. Queremos sentirnos orgullosos de ser Abogados.

Porque entendemos que el ejercicio de la abogacía tiene una importante función social, cual es facilitar a la persona y a la sociedad en que se integra, la técnica y conocimientos necesarios para el consejo jurídico y la defensa de sus derechos. Y ello porque en una sociedad constituida y activada con base en el Derecho, que proclama como valores fundamentales la igualdad y la Justicia, el Abogado, experto en leyes, y conocedor de la técnica  jurídica y de las estrategias procesales, se erige en elemento imprescindible para la realización de la Justicia, garantizando la información o asesoramiento, la contradicción, la igualdad de las partes tanto en el proceso como fuera de él, encarnando el derecho de defensa, que es requisito imprescindible de la tutela judicial efectiva, principio reconocido en nuestra norma fundamental.

 Todo ello nos lleva a entender la abogacía como una actividad en la que el elemento principal, es la prestación del servicio a nuestros clientes, para lo cual es imprescindible escucharlo, conocer su problema y después defender su interés, por encima de los del propio despacho, dotándolo de los elementos e instrumentos técnicos que se consideren como mejores para la situación concreta e individual. Siempre mantenemos la referencia de que nuestro cliente a través de nuestra actividad pone en juego su persona o su patrimonio.

 Eso requiere sin duda que primen el contacto y el trato personal con el cliente, y que la comunicación cliente abogado, sea fluida y rápida, pues solo con ello se llega a la consecución de la confianza cliente-abogado, que ha de permitir el mejor tratamiento del asunto, pues con todo ello se habrá conseguido un profundo conocimiento de las necesidades y negocios del cliente.

Para todo ello, consideramos transcendente la entrevista personal, pero al tiempo, el uso de los medios técnicos que la sociedad ha venido implantando, pues favorecen la comunicación, y sin duda proporcionan una gran agilidad, y esta Web, pretende ser una muestra más de todo ello. Servicio, trato personal, rigor, calidad, primacía del interés del cliente, comunicación, y agilidad.

Por eso cada asunto, es asignado a alguno de nuestros abogados, el cual será quien mantenga la relación con el cliente, desde el primer momento, y quien llevará la gestión del mismo, contando para ello, y si el asunto lo requiere, de la colaboración de otros abogados y auxiliares, y de la colaboración y su puesta a disposición de todos los restantes integrantes del despacho y del conocimiento que durante los años se ha venido adquiriendo y estructurando en el mismo, con el único fin de que la experiencia esté a disposición de todos y cada uno de los integrantes, desde el recién incorporado al más antiguo, para con ello mejorar siempre nuestra calidad, en búsqueda de la excelencia en el servicio.

Y si nuestro nacimiento fue para el ejercicio de la abogacía, y si nuestra filosofía es la que tenemos reseñada, esa misma filosofía es la que impera en el resto de actividades del despacho, pues al fin todas están encaminadas a la defensa de intereses de nuestros clientes.

Nuestro interés es la defensa del interés de nuestros clientes.